TELARES

Una pulsera en su muñeca, aretes tallados, un telar sobre sus hombros con diseño rustico, colorido, sinónimo de una tradición fina, llena de significado en los símbolos de su bordado. La mujer caminaba por los interiores del taller, aguardaba en silencio y sonreía cuando le pedían sacarse fotos. Estábamos en el taller artesanal donde se manufacturan diversos tipos de telares de la zona sur.

Nos mostraba el witral como le decía o telar. Nos mostraba sus partes. El kilwa, el parampawe y el ñirewe. El primero es un palo atravesado donde se sujeta la lana. El segundo una tablilla que baja la cruzada de lana y el último se usa para apretar el tejido.

Cada una de las mujeres en el taller estaba concentrada en su labor, cada uno tenía a sus pies lana teñida de varios colores a base de tintas de diferentes raíces. Cada telar mostraba diferentes signos y colores, diversos patrones misteriosos, con un atractivo que solo entrega la mística de una cultura antigua. El rol de esas mujeres no era simplemente crear un producto, sino que transmitían en cada puntada firme, su tradición. Nuestra acompáñate, la düwekafe, la que conoce la técnica y el simbología nos decía que la estructura de familia recaía en la mujer y en esos telares, como un gen cultural que se entrega como un derecho y un deber. Cada telar y su simbología significaba un elemento de su cultura, pero esto solo era para las hijas de su historia.

Colgaban en ganchos de pared distintos tipos de vestimentas, se veían todos los tipos. Chamales, trarüwes, iwutues y trarilonkos colgaban por doquier. En otros lados se veía la lana secar, lana de bovinos, algunas crudas y otras teñidas de negro y otros colores fuertes. La producción de las prendas ya no solo estaba para l vestir y algunos rituales, ahora también se exportaban a salvaguardando diseños. Algunos de esos de exportación nos fueron regalados como muestra cobijo. Porque algo que no enseñaron esas mujeres que bajo su abrazo y su poncho nos acobijamos todos, es el manto de la historia que no deja nadie afuera